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11/4/2025

Ciclo "El borde de sí mismo": una plataforma de experimentación

Las performances que se presentan en el Museo Moderno son trabajos en proceso, que se escriben y se gestan "en la tensión entre la mirada del artista y el público". En esta oportunidad, los artistas convocados son Martín Flores Cárdenas, Agostina Luz López, Ignacio Bartolone y Valeria Conte Mac Donell.

Alejandro Tantanian. 
Alejandro Tantanian. 


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La iniciativa de Alejandro Tantanian concreta su cuarta edición

Ciclo "El borde de sí mismo": una plataforma de experimentación

Las performances que se presentan en el Museo Moderno son trabajos en proceso, que se escriben y se gestan "en la tensión entre la mirada del artista y el público". En esta oportunidad, los artistas convocados son Martín Flores Cárdenas, Agostina Luz López, Ignacio Bartolone y Valeria Conte Mac Donell.

"Asomarse al límite del propio lenguaje para ver el otro. Eso, en estos tiempos, es casi revolucionario." La frase de Alejandro Tantanian, que se hace eco de una de Paul Celan, condensa el espíritu de El borde de sí mismo, ciclo que ideó hace unos años en el cual "las artes visuales leen el teatro y el teatro lee las artes visuales". La propuesta no sólo se caracteriza por la intersección de disciplinas, sino también por ofrecer a sus participantes un espacio sin presiones por la búsqueda de un resultado. Las performances que se presentan en el Museo Moderno -en este caso, desde este viernes- son trabajos en proceso, que se escriben y se gestan "en la tensión entre la mirada del artista y el público".

Con la idea de que fuese anual, Tantanian puso en marcha esta propuesta en 2015. Se repitió en 2016, y luego quedó suspendida mientras él ocupó el cargo de director del Teatro Cervantes y por la pandemia. Regresó en 2023. "Siento alegría, felicidad, por el comienzo de esta cuarta edición; por que se sostenga un espacio que tiene que ver con la experimentación y el error. Cada vez es más difícil que los artistas tengan un lugar donde puedan experimentar, equivocarse, probar cosas nuevas que no probarían en sus obras, ante el público, en un teatro", expresa el curador, en diálogo con Página/12. Y destaca "la suerte de libertad que da la forma en que un espectador mira algo performático o teatral en un museo y la tranquilidad o la falta de presión con la que los grupos trabajan".

Durante lo que dura el ciclo -en esta edición, del 11 de abril al domingo 4 de mayo- la dinámica del museo se ve alterada, invadida por las artes escénicas. La sala donde se presentan los materiales es "una caja blanca sin platea ni escenario", un "espacio virgen" que convoca a la "imaginación". En esta oportunidad, los artistas convocados son Martín Flores Cárdenas, Agostina Luz López, Ignacio Bartolone y Valeria Conte Mac Donell. Los tres primeros son autores y directores, en tanto que Mac Donell es profesora nacional de Bellas Artes y desarrolla una práctica que cuestiona los límites del dibujo, con obras de gran formato realizadas mediante acciones performáticas. Todos ellos poseen, desde la óptica del curador, "voces singulares", "poéticas pregnantes, fuertes, decididas; sean más susurrantes o estrepitosas".

A lo largo de estos años han participado de El borde... importantes referentes de ambos mundos (artes escénicas y visuales), entre ellos Ariel Farace, Analía Couceyro, Santiago Loza, Marina Otero, Rubén Szuchmacher, Diana Szeinblum, Liliana Porter, Mariano Tenconi Blanco, Nancy Rojas y José Guerrero. "El diálogo tiene que ver con la alternancia de artistas de ambas disciplinas. Los lenguajes, al ser presentados bajo el mismo paraguas, dialogan todo el tiempo. No hay división. Hay una transversalidad entre ambas disciplinas. Y el sonido también es importante", explica el dramaturgo y director teatral, quien viene de montar en el San Martín su versión de El trágico reinado de Eduardo II..., de Christopher Marlowe. Actualmente presenta en la trasnoche del Picadero el cabaret político Como nunca..., otra vez y, en el Teatro Solís de Montevideo, su versión de Dulce pájaro de juventud.

Este año el ciclo se inscribe en el programa anual de exposiciones Arte es teatro del Museo Moderno. Para Tantanian, El borde de sí mismo, "subsidiado por dinero público", es una "isla en tiempos difíciles". "Cuando vas a un teatro oficial te ves un poco obligado a llenar una forma, a terminar. En este caso, cuando entra la gente todo se desconfigura o configura. Hay una fuerza que genera el espectador, una suerte de toque final que cristaliza lo que los artistas están armando, que les da un sentido. Si uno está atento a la recepción, entiende cuál es el diálogo, por qué el público carcajea acá o por qué se aburre allá o qué es lo que sobra. Entre las funciones las cosas van cambiando. Hay trabajos que produjeron cambios de un día para el otro", plantea.

También, reivindica el carácter de "plataforma", de "trampolín" que posee este espacio. "Permite a los artistas presentar algo muy seminal para que después explote y estalle en otros ámbitos; la amplificación del trabajo." Algunos ejemplos: en 2023, Marina Otero presentó un adelanto de Kill me, obra estrenada en 2024. Walsh, todas las revoluciones juntas, escrita y dirigida por Tenconi Blanco, tuvo su primera versión en el marco del ciclo, del cual surgieron, también, importantes espectáculos de Jérôme Bel y  Richard Maxwell.

Performances de la cuarta edición

Un "hilo oculto vertebra de manera caprichosa" la curaduría. "No es algo que esté por delante, evidenciado. En las performances hay un trabajo que tiene que ver con algo que está, entre comillas, muy de moda. Es más bien como una contestación hacia eso, las dramaturgias del yo", dice Tantanian. "Tanto Agustina como Ignacio y Martín vienen trabajando con elementos autobiográficos o biográficos. En el caso de Ignacio, hay una forma de mirar la historia del país o la propia que me parece interesante como una deriva de esa centralidad biodramática o performativa del yo", precisa el director.

Cada semana estrena una de las cuatro performances. Tienen una duración de entre 30 y 60 minutos y se presencian de pie. Las funciones suceden en la sala 1 del segundo subsuelo del museo ubicado en Avenida San Juan 350, los viernes a las 20 y los sábados y domingos a las 16 y 18. Abrió el telón Capítulo I, de Flores Cárdenas, creada a partir de una investigación sobre sus antepasados. El trabajo gira alrededor de los siguientes interrogantes: "si todo lo que evocamos es ficción, ¿qué pasa con aquello que no sabemos o no recordamos? ¿Qué hay de los antecedentes latentes u ocultos, esos que aún desde las sombras, nos vuelven quienes somos?" Con interpretación de Pablo Ragoni, se puede ver hasta el domingo 13.

En la próxima semana será el turno de Mac Donell, quien estrenará La Medusa, el Hilo, la Espiral y la Araña, "una performance en blanco y negro" que reúne a "una operaria de mameluco negro, una patinadora, una bailarina y fantasmas". El elenco lo conforman Antonella Destéfano, Nadia Cymeryng, Horacio Villa, Mac Donell y María Lugones. En Un gigante rojo, de López, con actuaciones de María Alché y Paula Trama, la última sobreviviente de la tierra se encuentra con un ser de otro planeta e intercambian gestos, lenguajes y emociones en una "transacción hipnótica". Es la performance de la tercera semana. Cierra Bartolone, con Bailan como muñecos mis anhelos por volver a la escuela, sobre "unos niños viejos con delantales negros" que se abren paso "en una noche de blanca oscuridad". "La voz macabra de un maestro enigmático los guía hacia el inimaginable país de la educación pública", se lee en la sinopsis. Actúan Gogó Maldini, Eugenio Schcolnicov, Jorge Eiro y Manuel Attwell.

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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/817489-ciclo-el-borde-de-si-mismo-una-plataforma-de-experimentacion