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Pese a que la apuesta del festival era el homenaje a Seru Giran, que no estuvo exenta de especulaciones incluso en la antesala, cuando circuló entre el público el rumor de la aparición de Charly García, la propuesta superó las expectativas. A tal punto que fue uno de los momentos más emocionantes no sólo de la segunda jornada del Quilmes Rock, sino también de esta edición. Cuando el año pasado el festival anunció su regreso, entre sus atractivos se manejó este tributo al supergrupo del rock argentino. David Lebón y Pedro Aznar, dos de sus tres músicos supervivientes, iban a ser de la partida, a los que posiblemente se sumaría Juanito, hijo de Oscar Moro, en batería. La noticia generó confianza, pero, tomando en cuenta que en esta época este tipo de reconocimientos salen con fritas, había que tomárselo con pinzas.
Durante la previa, Conociendo Rusia, que nuevamente dejó asentado que es uno de los mejores herederos de la tradición de la canción del rock argentino, listo para abrazar la masividad total, le puso brasas a lo que estaba por venir gracias a su cover de “Rezo por vos”. A continuación, bajo ese cielo gris que suele despertar el mayor fantasma de los festivales musicales argentinos, irrumpieron Lebón y Aznar por el escenario Quilmes, seguidos por la banda que los acompañó. Mientras se acomodaban en sus lugares, sonó la intro de “La grasa de las capitales”, a la que le secundó “Autos, jets, aviones, barcos”, free jazz de brío carioca que no hacían juntos desde 1982. Se trató de una revisita a la versión original, al igual que “Canción de Alicia en el país”, que mató de amor a parte de los 60 mil asistentes (cifra similar a la del sábado).
Sin embargo, la letra tomó un giro inesperado cuando reemplazaron: “Los inocentes son los culpables, dice su señoría… el rey de espadas” por “Los inocentes son los culpables, dice su señoría… la policía”, lo que desató la locura colectiva. Un poco como lo que había pasado el día anterior con Dillom, quien mechó en “El día que muera, morirá Milei” en su tema “Buenos tiempos”. Apenas la canción acabó, el público arengó: “Milei, basura, vos sos la dictadura”. Lebón quiso ponerle paños fríos al asunto, al decir “Ya está”, pero el efecto no tuvo vuelta a atrás. Ese fervor estuvo intacto en “No llores por mí Argentina”, en la que participó al rapero Trueno, que metió unas barras de su tema “Argentina”. Justo ahí, Juanito Moro ya estaba en la batería, luego de que lo llamaran para hacer “Cuánto tiempo más llevará”.
Antes del MC, el recital había bajado un cambio, de la mano de “Frecuencia modulada”, “Noche de perros” y la reinvención acústica de “Nos veremos otra vez”, del disco Seru ’92. Con Lebón y Aznar en plan de Page & Plant, aparecieron otros comensales a lo largo de su performance: Sandra Mihanovich en “A cada hombre, a cada mujer” y Dante Spinetta (quien había tenido show propio en la tarde) en “Mundo agradable”. Una vez que la nostalgia se apoderó de ese pedazo de Tecnópolis, la estocada final llegó con “Seminare”. Y vaya que golpeó fuerte. Mientras el tributo estaba en acción, en el escenario PopArt se producía el homenaje a Rosario Bléfari. O más bien su antípoda, porque menguó la convocatoria. Frente a la posibilidad de que lloviera, la organización del evento había adelantado los horarios, pero nadie se enteró.
Nina Suárez, hija de la cantante y actriz, y quien fue parte de la grilla del sábado, se encargó de ponerse en la piel de su madre y de llevar adelante la idea, lo que decantó en otro tiro al ángulo de la emoción. Teniendo, además, como secuaces a su padre, amigos y colegas de su madre. Cerró con Sue Mon Mont, (último proyecto grupal de Bléfari), le antecedió un tramo de su obra solista y abrió con Suárez, banda con la que instaló su imaginario. Entre los invitados destacó Santi Motorizado, quien esa misma tarde se presentó con su grupo El Mató a un Policía Motorizado, para hacer “Río Paraná”. Al despedirse, el paladín del indie patrio salió corriendo hacia el escenario Rock, donde Los Fabulosos Cadillacs lo esperaban para que subiera a cantar “Número 2 en tu lista”.
Promediando la mitad de su show, la banda liderada por Vicentico y Sr. Flavio convocó a varios artistas a escena, detallazo que tiene en pocas ocasiones. Arrancaron con La Bomba de Tiempo en “Los condenaditos" (más tarde volvieron para “Matador”), avanzaron con Pablo Lescano en la versión cumbiera de “Padre nuestro”, se les sumaron las nuevas generaciones de Cadillacs en la versión acústica de “Vos sabés” y cerraron con Santi. El grupo headliner del domingo había inaugurado su repertorio con el ska “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, al que le habían seguido las caribeñas “Manuel Santillán, El León” y “Demasiada presión”. Tras el híbrido entre “El genio del dub” y “Radio Kriminal”, sorprendieron con el hardcore “Piazzolla” y lo engancharon con el ska punk “Quinto centenario”. Este último triplete de temas bastó para meter al recital entre los mejores del día.
En el bis, la banda que integra Florián (vástago de Vicentico, quien abrió el escenario Quilmes con su proyecto solista), recurrió a “El satánico Dr. Cadillac” y “Yo no me sentaría a tu mesa”, para la que llamaron a Juanito Moro. Y es que es un lujo tocar con un baterista todoterreno como él (recientemente, la rompió en Niceto con el proyecto tributo a La Máquina de Hacer Pájaros). Previamente a que los Cadillacs bajaran la persiana, Mi Amigo Invencible le había puesto el broche indie al escenario Geiser, por donde pasaron otros artistas nacionales del género, entre los que sobresalieron 107 Faunos, Dopple Gangs, y Fonso y las Paritarias (gran sensación de la escena). En un festival donde escasea la música urbana, Paula Maffia, Santi Celli y Zenón Pereyra le inocularon dosis de eclecticismo al escenario Enigma.
En paralelo a Juana Molina, a cargo de cerrar el PopArt -que en la tarde había recibido a Gauchito Club y Silvestre y La Naranja-, los Ratones
Paranoicos hicieron lo mismo en el escenario Rock. Después de que Las Pastillas
del Abuelo dijeran adiós en el Quilmes, Juanse y los suyos ofrecieron un
listado de hits más compacto, con respecto a lo que mostrado en Vélez el año
pasado. Eso vino bien para remontar la fría y húmeda noche. De hecho, tras
abrir con “Ceremonia hall”, tocaron “Sucio gas” e “Isabel”. Antes de seguir de
largo con “Sucia estrella”, "La nave” y “Vicio”, invitaron a Piti Fernández,
vocalista de Las Pastillas, para que cantara “Ya morí”. Si en el “Rock del
pedazo” el público estaba cebado, con la salvaje encarnación de “Enlace” que se
mandaron volvieron a hacer historia en el festival.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/816383-quilmes-rock-dia-2-cruces-y-homenajes-que-generaron-emocione